miércoles, 29 de octubre de 2008

Año 1960. Precedentes de la Espeleología en el Gúlmont: las cloacas de la ULC.

[Siguiendo la norma de artículos anteriores, las partes entre corchetes y en azul, son los comentarios actuales]





DIARIO del 23/1/1960 al 28/2/1960


Sábado, dia 23 de Enero de 1960
Hoy, mi amigo José Ignacio (con el que tantas aventuras he corrido) y yo, hemos empezado una temporada antiespeleológica, consistente en procurar hacer desistir de sus planes, a varios chicos del Colegio "San Rafael", que habían descubierto una de las entradas de la denominada "Mansión de Mister X" y tenían la intención de explorarla [Diversas bocas de pozos de entre tres y cinco metros de profundidad que, mediante escaleras "de gato" empotradas en la pared, accedían al alcantarillado de la ULC, y que llevábamos varios días “explorando” en los ratos libres]. Es decir, que intentan, sin saberlo, hacernos la competencia y como son demasiados, habría una excesiva divulgación, corriendo el peligro de que el padre Rector mandase cerrar con cemento las entradas del alcantarillado, cosa que nos estropearía todos los descubrimientos que hemos hecho allá abajo. [Al final de nuestra campaña, habíamos llegado a recorrer el subsuelo de los seis colegios y creemos que llegamos incluso al Paraninfo. No hicimos ningún plano, por falta de técnica en aquel entonces].
Esta tarde les hemos estado espiando desde una esquina de los Talleres Generales, mientras ellos estaban alrededor de la boca del pozo de entrada. Han estado dedicados a quitar varias piedras que, interceptando el paso al agua, provocaban una pequeña inundación que les impedía el paso. Estas piedras las hemos puesto nosotros antes de que ellos llegaran, con la intención de que desistiesen de sus propósitos.
En vista de que no abandonaban, hemos decidido entrar nosotros por X2 [cada boca tenía nuestra propia denominación secreta], para interceptarles el paso más adelante por medio de nuevas inundaciones. Así lo hemos hecho, y una vez terminada la tarea, hemos vuelto al pozo en el que ellos estaban.
Como no se les veía ni oía, nos hemos metido dentro para ver si aún estaban allí. No se veía ninguna luz ni se les oía, por lo que hemos subido y hemos tapado la boca del pozo con la losa [de hormigón] que estaba junto a ella y con la que estaba tapada antes de iniciar nosotros nuestras correrías subterráneas. Acto seguido hemos ido a la boca del pozo siguiente, distante de la anterior unos doscientos metros.
Este pozo ha sido siempre para nosotros el límite o frontera de la M.M.X. ya que nunca hemos conseguido pasar de la anterior a la siguiente salida por dentro, a causa de que existe una diferencia de nivel entre ambos pozos, de más de medio metro, existiendo al final un dique de contención que acumula el agua, y aunque dominable, siempre hemos sentido repulsión por introducir los pies en la viscosa masa líquida de aguas diversas y materias flotantes de dudosa naturaleza que allí se encuentran retenidas. Por esto fue grande nuestra sorpresa al llegar y ver desde arriba, que se vislumbraba el fondo seco del pozo.
Bajamos para ver lo que ocurría y observamos con satisfacción que el dique estaba roto y dejaba pasar libremente la poca agua que bajaba, sin acumularla. Ya no había frontera.
Pero mayor fue nuestra sorpresa al escuchar algunas voces y ruido de pasos que iban chapoteando cada vez más cerca. Comprendimos entonces que nuestros competidores estaban aún allí dentro y que se dirigían trabajosamente hacia la única salida viable que tenían.
Salimos y nos escondimos rápidamente donde mejor pudimos. Yo lo hice detrás de un pequeño montículo que hay a cuatro o cinco metros de la boca; cerca suficientemente para escuchar con nitidez los mil improperios que lanzaban contra quien les había encerrado.
Una vez fuera, les fuimos siguiendo a prudente distancia. Ellos se dirigieron a su colegio y nosotros optamos por retirarnos al nuestro.

[Nunca supimos la identidad de nuestros competidores. Hoy, que han prescrito ya “los delitos” (como dice Emilio Palma Moreno), sería bueno podernos tomar unas copas juntos]


Domingo, 24 de Enero de 1960
El tiempo ha cambiado: hoy está nublado y hace algo de frío. Los competidores no han aparecido. Quizá se deba al mal tiempo.
He escrito a Balbás y a Varona sendas cartas [amigos dejados en Burgos].
Por la mañana hemos estado, José Ignacio y yo en 2V3 [otra cámara subterránea, de control eléctrico; curiosamente, nunca tuvimos ningún accidente], viendo y comparando diferentes tipos de arañas.
Por la tarde ha habido sesión de cine. Nos han puesto la película "Hondo".


Domingo, 31 de Enero de 1960
Hoy hemos estado tapando con sus correspondientes losas, dos posibles entradas de los competidores a M.M.X.
Cuando estábamos haciendo rodar una de las losas, con claro peligro de hernia y de la entereza de nuestras canillas, hemos sido descubiertos por dos de ellos. En cuanto les hemos visto nos las hemos pirado enseguida y no estamos seguros de no haber sido reconocidos, aunque es improbable porque ha sucedido en muy poco tiempo.
Más tarde, hemos ido al pozo que antes estuviera inundado y hemos pasado por vez primera desde el pasadizo final hasta dicho pozo, por el interior.
Por la tarde ha habido cine: "Infierno Blanco".
He recibido la segunda carta de la Tribu, de este trimestre [la Tribu era el grupo de amigos de Burgos].


Martes, 2 de Febrero.
Hoy, con motivo de la fiesta de La Candelaria, patrona de los electricistas, mi aula ha pedido varias veces permiso al Rector y al P. Director, para no tener clase, el cual nos ha sido denegado. Intentamos hacer huelga y nos ha salido mal. Sólo los del 3er. curso de Montadores y Bobinadores han podido hacer un poco de juerga y se les ha concedido una hora de fiesta.
Por la tarde, a la hora de la clase de Tecnología, le hemos hablado al profesor (El Peseto) [D. Fernando Echevarría Guiu] de la fiesta que es hoy y de que tenemos derecho a celebrarla. El hombre, muy complaciente, se ha ido y nos ha dejado solos en el aula para que hagamos lo que mejor nos parezca. Hemos organizado una actuación cara al público, con la obligatoriedad de actuar cada uno de nosotros en algo. Lo hemos pasado muy bien.


Jueves, 4 de Febrero.
Hemos empezado la instalación (durante las horas de taller) de una nueva línea para el motor del ventilador del alto horno en los talleres metalúrgicos.

Viernes, 5 de Febrero.
Hoy he ido con un compañero de clase al alto horno para ponerle una protección de tubo flexible de plástico a la parte de la línea que quedaba a la intemperie.


Sábado, 6 de Febrero.
Hoy hemos tenido la primera sesión de "cine-aula" de este año. Consiste en que, tras la proyección de una película (que en el caso de hoy ha sido "La ley del silencio") se hacen preguntas sobre ella entre el público; la gente habla por un micrófono portátil que se van pasando de uno a otro. [Tengo que hacer una justa mención de reconocimiento a los organizadores de aquellas sesiones de cine-aula, en las que vi algunas de las mejores películas de mi vida]


Domingo, 7 de Febrero.
Nos han puesto la película "Obsesión". Hoy los competidores no han dado señales de vida.


Lunes, 8 de Febrero.
En el último examen de Matemáticas, del que nos han dado hoy las calificaciones, en mi aula ha habido sólo 6 aprobados, de 24 que somos. En la 2°A, otros 6; pero ellos son algunos más de 24. [Puesto que no lo menciono, supongo que yo no fui de los aprobados; el profesor era el Sr. Córdoba]


Martes, 9 de Febrero.
Hoy, unos tíos con bata de loqueros nos han hecho un examen de "psicotecnia". Ellos proyectaban unas láminas sobre la pantalla, con figuras en las que faltaba un trozo, y nosotros teníamos que deducir y apuntar en una hoja, cuál sería ese trozo. [Después de sesudas interpretaciones y deducciones, aquellas pruebas sirvieron para determinar la idoneidad de nuestra innata disposición a las posibles ramas de nuestros futuros estudios: Carpintería, Mecánica o Electricidad, y punto redondo]


Viernes, 12 de Febrero.
Hoy, al final de la clase de Física, ha entrado en el aula el P. Gangoiti y ha pedido cuatro voluntarios para un "pequeño encargo". Yo, como a cenutrio [tonto los pies] que soy, he salido con otros tres y una vez fuera del aula nos ha dicho que era para recoger todos los papeles que hubiera en la parte exterior del colegio, ya que hoy tenía que venir el Secretario de Mutualidades en visita de inspección. Para nuestro trabajo nos ha dado sendas papeleras. Una vez fuera y solos como estábamos, ya que todos los demás seguían en clase, pronto se nos han acabado las ganas de recoger papeles y hemos decidido irnos a la vía para hacer un fuego con los pocos que habíamos recopilado. Dicho y hecho, nos hemos apalancado [escondido, camuflado] bajo el desnivel de la vía y allí hemos empezado a hacer el indio. Después de encender una hoguera con papeles y hojarasca nos hemos tendido en el suelo contemplando las estrellas diurnas. Uno ha apostado con otro a que era capaz de lanzar una piedra que apenas si podía levantar, encima de las papeleras que yacían colocadas una dentro de otra. Lo ha hecho. Y después el trabajo para deshacer el lío de alambres plegados en forma de acordeón, ha sido de todos. Una de las papeleras la hemos tenido que tirar ya que los problemas de desdoblado que presentaba eran superiores a la paciencia que podíamos ejercer. Con todo esto ya había pasado la hora de la clase de Matemáticas cuando hemos vuelto al colegio.
Esta mañana, en talleres, hemos empezado el primer trabajo con tubo de plástico. Ha sido un desastre: para este trabajo habían dado tres metros de tubo y algunos han tenido que pedir hasta siete metros más. (Yo, uno y medio más).


Dia 20 de Febrero de 1960.
Ayer escribí carta a la Tribu y les mandé tres nuevas normas y un dibujo del escudo de la Tribu, para que decidan si hemos de hacer un sello en caucho. [La historia de la Tribu y su protocolo podrían dar mucho de sí]


Dia 27 de Febrero de 1960.
Esta tarde, después de salir del estudio, de escribir cartas, me he encontrado con José Ignacio y como hacía buen día, hemos decidido irnos de excursión por el arroyo arriba. Lo hemos pasado muy bien pero al final hemos divisado la silueta larga y fatídica del P. Larrañeta en el horizonte, que hacía una batida anti-bañistas furtivos, de los que el arroyo estaba plagado. Nos las hemos pirado corriendo y hemos llegado al colegio medio difuntos.


Dia 28 de Febrero de 1960.
Hoy, aprovechando la continuidad del buen tiempo y que casi toda la gente está en las competiciones, nos hemos ido otra vez de excursión, siguiendo el curso del canal hasta el acueducto, yendo, desde allí, por el arroyo arriba hasta el "puente de los tubos". Allí hemos dado media vuelta porque ya era la una menos diez; hemos vuelto a marcha forzada y ya llegábamos a la Universidad por el canal, a eso de la una y veinticinco [la hora de la comida era la una y media], cuando dos padres que iban por los campos de deportes nos han hecho señas para que fuéramos hacia ellos; nosotros, ni "mú" [ni caso] y ellos venga hacernos señas y llamarnos. Hemos seguido andando hacia adelante y ellos andando paralelamente, con la evidente intención de hacernos la puñeta. Total, que llegados frente a la puerta de "Luis de Góngora" nos hemos parado con la ilusa esperanza de que ellos siguieran su camino y nos dejaran el paso libre, pero quiá; ellos también parados. Ya era más de la hora de comer y nosotros, desconcertados, hemos vuelto sobre nuestros pasos, corriendo, hasta la mitad de la distancia que hay entre los dos primeros puentes y desde allí, saltamos hacia abajo, corriendo campo a través hacia la puerta de los sótanos. Cuando ya llegábamos, estábamos más muertos que vivos, con los pulmones en la boca y corriendo de pura inercia, sin apenas sustentación de las piernas. Entonces se nos acabó de caer el alma a los pies, cuando vimos que en la puerta de los sótanos estaba montando guardia uno de los dos curas y que el otro, el P. Larrañeta, venía con paso tranquilo detrás de nosotros. Una vez nos tuvieron atrapados frente a ellos, sin capacidad para esquivarles ningún movimiento aunque hubiese sido lento, el interfecto nos dio un par de tortas a cada uno y después nos interrogó. Nos dijo que nos presentásemos al padre Director del colegio respectivo y nos dejaron ir.
Llegamos al comedor casi a los postres, cansados y colorados por el sofoco, el calor y las tortas. Después de mal comer le expliqué (telegráficamente) al Director lo que había pasado y él me contestó, entreviendo la poca trascendencia del caso, que lo que debía hacer, era no volver a ir al canal.
Por ahora, yo salvado. Pero no parece ser este el caso de José Ignacio, pues el cura Larrañeta, que nos pescó, se lo ha contado con detalles al Director de su Colegio. Veremos lo que pasa.
Por la tarde nos hemos relajado en una silla "de tijera", viendo la película "Mar eterno".



(Fin del bloc de diario)



NOTAS DE SALIDAS. Curso 1960-1961


Noviembre de 1960. ALMODOVAR DEL RIO (Córdoba).
Electricistas del aula 3°B. Excursión turística en tren.
De la estación del pueblo subimos tras un grupo de chicas de un colegio de Córdoba que, como nosotros, habían venido de excursión. Dijo misa en la iglesia de Almodóvar el sacerdote jesuita que las acompañaba, ayudado por Morán y Peris. Las chicas cantaban y nosotros intentamos acompañarlas haciendo lo que podiamos.
Acabada la misa fuimos a desayunar al "campo de las piedras", bajo el castillo y desde allí subimos hacia él. Llamamos al picaporte y tras convencer al guardián, éste nos permitió entrar para visitarlo. Mis compañeros llevaban un balón de fútbol y tras las peticiones de los chavales del pueblo que había dentro, no se les ocurrió otra cosa que organizar un partido en el mismísimo patio de armas. El guardián, en cuanto lo vio nos echó los perros y fuimos a salir todos de estampida por donde habíamos entrado. Sin embargo, Acero y Gómez Sanz se habían quedado camuflados detrás de unas almenas y pudieron seguir contemplando el castillo a su antojo. De todos modos, poco tardó en abrirse de nuevo la puerta para que nuestros dos compañeros saliesen a su vez disparados como los improperios que profería el guardián.
Hubo quien no se conformara con esto y tras dar una vuelta entera al castillo, descubrimos un punto de la muralla que nos pareció más vulnerable y así, Ortega y Felipe la escalaron. Poco después la puerta se abría, repitiéndose de nuevo las escenas precedentes.
Se desistió, por fin, de realizar nuevas intentonas, y optamos por irnos a la orilla del inmediato pantano de La Breña. A mitad del camino hubo que hacer un alto para jugar un partido y una vez llegados al embalse, después de vista la presa y de haber comido, se volvieron a enzarzar en lo que parece ser su primera actividad vital: jugar al fútbol. El lugar, no sé si era el más idóneo para ello, o si llegaron a planteárselo mínimamente, pero sé que el balón se les fue al agua por lo menos siete veces.


Noviembre de 1960. LAS ERMITAS (Córdoba).
Electricistas del aula 3°B. Excursión turística a pié desde Córdoba.


Noviembre de 1960. OBEJO (Córdoba).
Marcha y acampada. Escultismo.
ITINERARIO: Univ. Laboral - Arroyo Rabanales - Línea F.C. - Cerro Muriano - Infierno de Obejo - Campamento Militar - Estación de Obejo (acampada) - Cerro Muriano - Línea F.C.- Arroyo Rabanales - Universidad Laboral.
RECORRIDO: unos 40 Km.
Realizada a pié, excepto el trayecto desde el Campamento Militar a la Estación de Obejo, hecho en un camión militar.
PARTICIPANTES: J.I. Fernández, López Quintanilla, Maximiliano Molina, Esteban Falcón, Antonio González, Pedro Plana y algunos más. (3 tiendas)


[Esta fue la última excursión que hicimos por libre y que nos decidió a integrarnos en el Gúlmont, que se acababa de fundar. La siguiente, durante el segundo trimestre, ya la hicimos dentro del grupo de montaña].








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